Incluyo 2 pequeñas entrevistas aparecidas el Sábado 30 y el Domingo 31 de Julio a Rob Halford en periodicos Chilenos.
La Tercera
Rob Halford (53) es un caballero del metal. Uno de estampa clásica, voz profunda y acento insoportablemente británico. Al frente de Judas Priest, fundado en Birmingham en 1970, ayudó a cimentar las raíces del entonces novedoso heavy metal, encabezando el movimiento de la "nueva ola" inglesa junto a Iron Maiden y Motorhead.
Al teléfono desde Londres y a pocas semanas de su segundo arribo a Santiago (el 13 de septiembre al frente de Judas Priest en el festival Monsters of Rock), Halford admite sin modestias la paternidad del género: "Fundamos las raíces del heavy metal. Es cierto. No había nada como eso antes. Cada grupo es único, tiene su propio sonido, su propia estética, y Judas Priest siempre se caracterizó por no parecerse a nadie. Nunca".
Con el cartel de vocalista legendario del género, Halford llegó en solitario a Chile en enero de 2001, nueve años después de marcharse de Judas Priest, y con la difícil tarea de abrir para Iron Maiden en Santiago. Le costó por la tozudez del fanático promedio de la banda estelar, pero sacó adelante un show espectacular. "Fue muy fuerte. Recuerdo que la gente terminó aplaudiéndome", recuerda la voz que ahora retorna con su banda madre (regresó en 2004) y junto a Whitesnake y Rata Blanca en la pista atlética ($16.000).
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El cantante dijo ser homosexual en el 2000 y eso le trajo consecuencias. "Sentí un alivio por sacarme ese peso de encima", afirma.
Rob Halford es considerado un dios del rock. Igual que Judas Priest, la banda que le dio velocidad y furia al heavy metal. Por eso, su regreso al grupo que lo hizo famoso -tras quince años- hizo delirar a los rockeros. Ahora, los creadores de "Breakin' the law" llegan a Chile presentar su disco "Angel of retribution" el 13 de septiembre, en la pista atlética del Estadio Nacional.
"Ha sido muy gratificante y apasionado volver con la banda", dice Halford, al teléfono. "A diferencia de antes, todo es divertido ahora", agrega.
Halford emprendió su carrera solista en 1990, y probó suerte en distintas versiones como Halford, Fight y Two. Así, teloneó a Iron Maiden en Chile en el 2001. "Tuve una gran experiencia en Santiago y el público es asombroso, estoy muy agradecido de la recepción y la energía. Se vuelven locos", recuerda Halford. "El hotel estuvo lleno de amigos y fans, lo pasé muy bien, a cada lugar que iba me saludaban y me sacaban fotos. El recital será maravilloso".
-En tu receso, dijiste que eras gay. ¿Cómo recuerdas ese momento?
-Fue algo muy simple. Estábamos en N.Y. esperando para tocar con Halford y MTV se acercó a nosotros para conversar. La conversación fue muy natural y no esperaba que tuviera tanto revuelo. Al mirar hacia atrás, sentí un alivio por sacarme el peso de encima. Vi que la gente entendía mi opción.
-¿Cómo crees que lo tomaron los metaleros?
-He escuchado muchas cosas sobre mí en este tiempo, pero éste es un viaje personal. Me ha permitido compartir con gente igual a mí. No soy el único gay en el heavy metal, entonces siempre he tenido el reconocimiento de distintas partes del mundo. He conocido a personas que me entienden y un fantástico feedback de todos. Muchos no lo creían y algunos fans pensaban que me había vuelto loco. Decían que no podía volver a Judas Priest, que todo iba a cambiar. Pero demostré que el rock no tiene que ver con la sexualidad.
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